Un 80 % de las personas con estrés y que además sufren maloclusión o desajuste de los maxilares pueden padecer cefaleas, ruidos en el oído o mareos.
Cuando ese desajuste se produce al cerrar la boca, unido a una tensión nerviosa hace que los dientes rechinen, sobre todo cuando dormimos.
En la boca podemos observar dientes desgastados, hay sobrecarga en los músculos de la cara y el cuello que puede derivar en cefaleas, dolores faciales o mareos.
Una mala oclusión aumenta dolores de cabeza en un 20 % de la población que ya padece cefaleas.
La prevención es la mejor forma de evitar estas consecuencias, por lo cual, se recomienda acudir al odontólogo.
Este desequilibrio en la mordida puede generar además fuerte dolor de dientes ya que las piezas que impactan primero se sobrecargan y su ligamento se inflama y duele.
Primero se debe controlar el dolor mediante una férula de descargara para
buscar el equilibrio entre los maxilares.
Luego se debe rehabilitar la boca mediante ortodoncia y/o prótesis.
Pero por sobretodo se debe abordar el problema con un tratamiento multidisciplinario en el que interviene el psicólogo, fisioterapeuta, el odontólogo y la medicación.
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